La VoIP ¿Una alternativa?
La aparición fulgurante de la telefonía IP ha llegado a convencer a muchos usuarios de las virtudes y excelencias de la voz sobre IP (VoIP) mucho antes de tan siquiera conocer el producto.
Se trata de simples modas, de tendencias en determinados sectores que hace que una mayoría acuda a un determinado llamamiento sin saber muy bien por qué lo hace.
La telefonía IP nace como la alternativa a la telefonía tradicional. Si la comunicación telefónica se venía realizando a través de un sistema de cableado, la telefonía IP permite la comunicación a través de Internet. Una idea tan simple como a priori novedosa. Se trata de un nuevo giro de tuerca a Internet, empleándolo como el instrumento mediante el que no sólo se pueden intercambiar datos, sino que además pueden comunicarse dos personas a tiempo real como si de un teléfono se tratase.
Lo atractivo de esta idea es la accesibilidad que ofrece el sistema, ya que permite que cualquier persona con conexión a Internet pueda llamar. Y a un precio cada día más bajo.
Pero como todo lo atractivo, existen aspectos negativos que permanecen ocultos y que, como sucede en este caso, pueden convertirse en barreras insalvables. Con respecto al bajo precio, hay que poner peros. Por ejemplo, si se desease establecer un sistema de centralita virtual de voz sobre IP, sería necesario adquirir un equipamiento específico para poder darle uso, como softphones, además de una conexión a Internet de alta velocidad para permitir un funcionamiento correcto.
Y es en relación con esto último donde encontramos el aspecto más oscuro de la telefonía IP: la calidad de las llamadas. La calidad es probablemente la característica que marca más la diferencia en las comunicaciones; una llamada que se corta, que se acopla, que distorsiona, que cuelga. Son perjuicios que hacen por su imprevisibilidad y alta frecuencia casi incompatible la telefonía de voz sobre IP con su implementación en cualquier negocio o ámbito profesional.